EL ESPECTADOR confirmó lo que se sospechaba: los camiones importados para
atender la recolección de basuras en Bogotá eran pura chatarra. Pero no sólo
eso, fueron anunciados para ser vendidos como accidentandos y dañados" en
los Estados Unidos.
El
deplorable estado de los vehiculos, que causó indignación en la ciudadanía,
evidenciaba que estaban en la interperie y que se le dispensaba el trato de
desecho. Pero para el alcalde Petro era un problema de estética. Para el
gerente de Aguas de Bogotá, protagonista de la operación, "las apariencias
no importan".