EL NUEVO HERALD / Publicado el viernes 28 de marzo del 2008
RAFAEL GUARIN
La muerte del guerrillero ''Raúl Reyes'' y la marcha del pasado 6 de marzo, convocada inicialmente para condenar los ''crímenes del Estado colombiano'', develaron el entramado regional de las FARC y el papel de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB).
La muerte del guerrillero ''Raúl Reyes'' y la marcha del pasado 6 de marzo, convocada inicialmente para condenar los ''crímenes del Estado colombiano'', develaron el entramado regional de las FARC y el papel de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB).
Durante la guerra fría, a través del Partido Comunista Colombiano las FARC mantuvieron relaciones con partidos foráneos. Aprovechando el proceso de paz con el gobierno de Andrés Pastrana la guerrilla consiguió una gigantesca exposición internacional. Recorrió Europa de la mano de funcionarios y utilizó la zona desmilitarizada del Caguán para ''interesantes intercambios'' con ''dirigentes comunistas de Sur y Centroamérica y el Caribe'', en palabras de Narciso Isa Conde, uno de los presidentes de la CCB.
Poco tiempo después, en agosto de 2003, la ''Coordinadora'' nace amparada en un discurso que mezcla astutamente el pensamiento de Bolívar y el marxismo-leninismo. Estos elementos, reciclados y tergiversados con el populismo chavista, sustituyen el marco ideológico derrumbado con el muro de Berlín y fijan el propósito de combatir el ''intervencionismo, el neocolonialismo y la globalización del capitalismo''. No hay duda de que desde su fundación se concibió con el fin de articular supuestos movimientos sociales, partidos comunistas y grupos armados en la tarea de construir la ``patria grande''.
De acuerdo a los ''Círculos Caamañistas'' de República Dominicana, que expresaron ''dolor, indignación y rebeldía'' por el deceso de Reyes, la ''Coordinadora'' está ''en vía de convertirse en un gran Movimiento Continental Bolivariano''. Es la aplicación del viejo ''internacionalismo proletario'' que sirve al Partido de los Comunistas de México para ratificar ``los lazos que lo hermanan con las FARC''.
Con varios brazos armados, la CCB es germen de un partido político continental y una amenaza a la paz y a la seguridad hemisférica. En su acción la violencia es un medio indispensable para combatir el imperialismo. Por eso no es extraño que colectivos clandestinos y las propias FARC sean integrantes connotados, tampoco que los miembros de la ''Coordinadora'' realicen procesiones a los campamentos de esa guerrilla ubicados en Colombia, Venezuela o Ecuador; mucho menos que apoyen reconocerles estatus de beligerancia y rechacen el calificativo de terroristas para quienes consideran románticos ``luchadores por la paz''.
Pero algo similar ocurre en Perú. La reactivación del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) se produce con el auspicio de la CCB y coincide con la aparición de cerca de 200 ''Casas del Alba'' vinculadas con el gobierno Chávez. Más grave es que ese renacimiento se da con el apoyo de las FARC en el marco del proyecto bolivariano. Ya en 2005, el periódico El Comercio informó que la DIRCOTE (policía) detectó ''que tres miembros de las FARC impartieron instrucción y entrenamiento'' a 20 guerrilleros del MRTA y que algunos de sus mandos lo recibieron en Colombia. Alan García tiene razón en alertar sobre ``una estrategia que podría estar dirigida a fomentar un alzamiento indígena en la región''.
La ''Coordinadora'' es además cantera de nuevos ''cuadros'' guerrilleros que creen que la lucha en Colombia es la de todos los latinoamericanos contra la explotación yanqui. Esa arenga arroja a jóvenes extranjeros a la barbarie de los fusiles. Otros dan soporte en sus países a la guerra política contra el Estado colombiano: el caso del ''Núcleo Mexicano de Apoyo a las FARC''. Una de estas dos situaciones explica la presencia de los mexicanos y el ecuatoriano muertos en el campamento con Raúl Reyes. No hay que olvidar que los primeros asistieron al II Congreso de la CCB, de la cual también son presidentes alias Manuel Marulanda y Alfonso Cano. Su intervención en ese evento y su acompañamiento a la guerrilla no eran investigación social y trabajo de campo, sino activo respaldo al terrorismo fariano.
El dolor por el camarada caído hizo que las marchas del 6 de marzo evidenciaran el respaldo de la ''Coordinadora''. A pesar que el comité organizador rechazó la invitación a la movilización hecha por la guerrilla y que los medios de comunicación ampliaron la convocatoria a todas las víctimas, las FARC participaron abiertamente en varios países. En ciertos casos, se vio más una marcha a favor de los victimarios. Por ejemplo: no faltaron las pancartas con ''Viva Chávez - Vivan las FARC'' en Nueva York. En República Dominicana: ''Uribe Chacal de América - Vivan las FARC''. En Ecuador: ''Solidaridad con las FARC''. En Brasil y Chile: ''¡Comandante Raúl Reyes presente!'' y en Venezuela: ``Yo soy las FARC''.
Finalmente, junto a la financiación de campañas electorales y a la creación de medios de comunicación como TELESUR y la Agencia Bolivariana de Prensa; ésta última, bastión de propaganda terrorista, la CCB es un instrumento clave en la expansión del proyecto chavista. Probablemente, sus integrantes estarán entre los beneficiarios de más de 190 millones de dólares del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela destinados a promover durante 2008 la revolución y ampliar ``las alianzas orientadas a la conformación del bloque geopolítico regional''.
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Vea fotos de la marcha del 6 de marzo fuera de Colombia: http://www.abpnoticias.com/boletin_temporal/contenido/cobertura/6M.html
MARCHA DEL 6 DE MARZO EN BRASIL
MARCHA DEL 6 DE MARZO EN CHILE
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