COLUMNA
Publicada el 18 de octubre de 2012
Rafael Guarín
Se inicia la segunda fase del proceso de paz.
En Colombia hay esperanza, pero también mucho escepticismo.
A favor de que el proceso culmine con la
disolución de FARC como aparato armado y violento está el hecho de que la
agenda de negociación se redujo. En 1999 se acordaron 11 puntos programáticos
que conducirían a fundar un “nuevo Estado”, mientras, ahora, la agenda es de solo
2 puntos. Si bien así es en el papel, en las ruedas de prensa los cabecillas de
las FARC han agregado a sus demandas revisar los tratados de libre comercio,
reformar las fuerzas militares para introducirles la doctrina bolivariana,
negociar todo lo relacionado con minería y petróleo, al igual que modificar las
instituciones democráticas. Si esos temas llegaran a la mesa en Cuba, las
posibilidades de un Acuerdo de Paz se evaporan y quedaría en evidencia que las
FARC estaban interesadas en dialogar pero no en negociar.