sábado, enero 12, 2008

EL EJEMPLO DE DOÑA CLARA DE ROJAS

Publicado el sábado 12 de enero del 2008, El Nuevo Herald, Miami


RAFAEL GUARIN

''No siento rencor y pido respeto a Colombia'', dijo doña Clara de Rojas, horas antes de abrazar a su hija liberada por las FARC, junto a Consuelo de Perdomo. Esa frase resume una postura siempre ejemplar. Con sensatez nunca desfalleció en reclamar su libertad, al tiempo que comprendió que la responsabilidad es de los criminales de lesa humanidad que tienen hoy a 774 personas encadenadas en la selva.

Doña Clara aplicó el sentido común y entendió que el enemigo no eran las autoridades colombianas. Nunca se unió al coro de quienes las condenan y les exigen plegarse a todas y cada una de las exigencias de las FARC. En cambio, doña Clara se convirtió en un ejemplo de confianza y de apoyo a la gestión del gobierno. Supo que la prudencia era la mejor forma de allanar el camino para volver a encontrarse con su hija y evitar el peligro de terminar convertida en instrumento de propaganda guerrillera.

También tuvo la firmeza necesaria para no dejarse utilizar. Cuando Chávez, rebosante de mala fe, cuestionó la transparencia del gobierno Uribe al afirmar que las FARC no entregaban los secuestrados por no tener a Emmanuel, doña Clara permaneció en silencio y creyó en esa posibilidad. Cuando el canciller venezolano, Nicolás Maduro, sugirió la manipulación de la prueba de ADN hecha al niño, doña Clara le dio credibilidad. Dijo: ``Otros pueden hacer más pruebas; a mí, con ésta me basta''.

Con aguda inteligencia pareció darse cuenta de lo que no se percatan los presidentes franceses y otros despistados de la comunidad internacional. Que estamos frente a una macabra estrategia terrorista, donde la retórica fariana del ''intercambio humanitario'' y el ''diálogo'' son una trampa en un plan de guerra. El secretariado de las FARC lo recordó así el pasado 2 de enero, al señalar que su novena conferencia ''reafirmó la justeza de los planteamientos político-militares de las FARC, ratificó nuestras propuestas de solución política y acuerdos humanitarios'' (en plural), al tiempo que Marulanda anunció una ofensiva general. Es decir, apelar a la negociación y a los acuerdos humanitarios es parte de la estrategia militar con la que buscan acceder al poder y construir un nuevo Estado en los territorios del sur de Colombia, decisión a la que no han renunciado.

Esto evidencia porqué aceptar las condiciones que imponen las FARC para un acuerdo humanitario es una invitación al secuestro, para un nuevo acuerdo. Así se construiría una inadmisible e indefinida cadena de ignominia. Es la misma intención de la solicitud de una ''ley de canje permanente'' hecha por las FARC en 1998.

Pero doña Clara es la excepción. En su mayoría las familias de los secuestrados cayeron en el libreto redactado por las FARC hace más de una década. Para esa época, según el Mono Jojoy, había que colocarlas en contra del Estado, en desarrollo de una estrategia ''nacional e internacional'' de búsqueda de un ''canje de prisioneros''. Perversamente las transformaron en fichas de ajedrez.

Lamentablemente, sobran peones para esa tarea. Por ejemplo, la madre de Ingrid, Yolanda Pulecio, en la posesión de la presidenta argentina aseveró confiar ''más en las FARC que en el gobierno Uribe'' y que ''Uribe siempre ha interrumpido las negociaciones cuando ya se está al borde de lograr un acuerdo para un canje humanitario''. Y el esposo de Ingrid, Juan Carlos Lecompte, se apresuró en diciembre a indicar que ''fue el incremento de los operativos militares lo que impidió que se pudiera efectuar la entrega'' de los secuestrados, argumento fariano para tapar la mentira internacional de no tener a Emmanuel.

Con esta liberación no hay duda de que las FARC pretenden responder a los duros golpes recibidos y salvaguardar los avances conseguidos en el objetivo de la beligerancia, gracias al auspicio de Chávez y Piedad Córdoba. Eso explica que el día de la liberación demandaran acompañamiento internacional, reconocimiento de beligerancia de gobiernos extranjeros y a los familiares persistir en el ``canje humanitario''.

Doña Clara muestra el camino. No es cayendo en el juego de las FARC que lograremos la libertad de los secuestrados, tampoco magnificando y legitimando sus mentiras. Será coherencia, serenidad y firmeza contra el terrorismo las que los regresen a casa y nos lleven a la paz. Ojalá lo tengan claro su hija y Consuelo, a quienes enviamos un abrazo de bienvenida.

6 comentarios:

  1. Me gusto su articulo. Muchas Gracias

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  2. Magnífico, estupendo artículo .Que
    mujer tan ejemplar es doña Clara y que periodista tan serio y erudito
    es UD. Felicitaciones . g. posada c

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  3. Rafa: Doña Clara nos dio clases de civismo a todos los colombianos en especial a Yolanda Pulecio... ¡Ole, no hay que seguirle el juego a las FARC, de divide y vencerás!

    Laureano Gómez tiene una frase que me encanta y que resume las locuras de Chávez y lo básicos que son él y Piedad; "La imaginación izquierdista al igual que el mal gusto no tiene límites."

    Predigó que para el 2010 hay candidatura (hasta depronto a la Presidencia) de Piedad y Consuelo González, con el apoyo de Chávez en un "Partido Bolivariano" ... vas a ver consagrarme como la Walter Mercado de la política.

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  4. Excelente escrito. Felicitaciones!!!!

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  5. Excelente madre y mujer doña Clara. Su comportamiento es ejemplar, pero no demérita lo que ha hecho Yolanda Pulecio. Todos tenemos nuestro propio caracter y temperamento. Si la familia de Ingrid no estuviera hablando como lo hace, seguramente Clara y Consuelo no estuvieran en libertad. Además el tema de la violencia en Colombia tiene demasiado de fondo, como para creer que con solo mas guerra vamos a lograr la paz. Mientras exista injusticia, desigualdad y tantas otras falencias, tendremos el caldo de cultivos para que exista toda clase de grupos que reivindiquen libertades sociales.

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  6. Rafael, con perdón, eso de "despistados" en alusión a los gobernantes franceses y a otros amigos de las FARC me parece más que discutible, tanto que diría que los despistados son otros. No por ser muchos lo son menos.

    La actitud europea y sobre todo francesa respecto a las FARC corresponde a un instinto imperial: el enemigo de mi enemigo es mi enemigo, un régimen que excluyera cualquier negociación con empresas estadounidenses sería un botín delicioso para Francia, por no hablar de que la conflictividad en Iberoamérica refuerza el "multilateralismo", otra aspiración del imperio en declive.

    No hay en Francia un solo político digamos distinto a los de extrema izquierda que tolerara conceder a unos secuestradores que tuvieran a sus mejores ciudadanos lo que ya les ofrece Uribe a las FARC. Lo que pasa es que el interés nacional es otro, propiamente de apoyo a criminales, como Mobutu, como Bokassa, como los líderes palestinos, como Sadam.

    Perdone el tono desapacible de mi comentario, pero a todas horas se encuentra eso, como si hubiera algún misterio en entender que secuestrar gente es horrible y que un país no debe dejarse gobernar por gente que hace eso. Cuando el país es otro, por ejemplo otro del grupo que podría desplazar a Europa como región decisiva en el planeta, se apoya lo que lo perjudique. Ése es todo el despiste.

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