viernes, agosto 29, 2008

"BIENVENIDA LA CORTE PENAL INTERNACIONAL"

Instalación de la CPI. Foto AP

Publicado el jueves 28 de agosto de 2008 - http://www.semana.com/


RAFAEL GUARÍN

En hora buena el Fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) realiza un análisis preliminar sobre el funcionamiento de la justicia en el caso de crímenes de lesa humanidad, cometidos por las AUC, y en los que puede existir complicidad de políticos e integrantes de las fuerzas militares. Se trata de un paso definitivo para asegurar que no queden en la impunidad.

No basta con que la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía investiguen y condenen a los parapolíticos por concierto para delinquir, omitiendo su posible participación directa o indirecta en decenas de masacres y desplazamientos forzados. Se debe establecer en qué casos la relación de políticos con las AUC no fue sólo una alianza electoral sino expresión de proyectos cuyo progreso se hizo a punta de conductas tipificadas en el Estatuto de Roma. Igual debe ocurrir con los farcpolíticos.

Hay quienes opinan que el Fiscal y la CPI son una espada de Damocles sobre el gobierno. Equivocación. La actual etapa del proceso con las AUC, precisamente sobre la cual recae el examen de Moreno Ocampo, es responsabilidad de la Fiscalía General de la Nación y de la Corte Suprema de Justicia. ¡Vaya Paradoja! Al parecer el magistrado Francisco Ricaurte, presidente de ésta última, no sabe que la jurisdicción internacional adquiere competencia en caso que tales organismos no adelanten las investigaciones y el juzgamiento que corresponde o que lo aparenten para favorecer a los sindicados, ambas situaciones en las que no tiene nada que ver el ejecutivo en virtud del principio de separación de poderes.

Otra de las pintorescas reacciones ha sido la de quienes olímpicamente le restan importancia a la CPI, entre ellos Alfredo Rangel. Tratan de mostrarla como un tigre de papel. Se les olvida que la jurisdicción internacional sí funciona. Hace un mes y luego de 12 años de estar prófugo fue capturado Radovan Karadzic. Lo juzga el Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia por una larga lista de crímenes de guerra efectuados en el ataque a Sarajevo que produjo 10.000 víctimas y el genocidio en Srebenica, en que murieron más de 7.000 musulmanes. Por las mismas celdas pasó Sloboban Milosevich. Las matanzas perpetradas por las FARC, el ELN y las AUC superan de lejos esas aterradoras cifras.

A pesar de las dificultades la CPI avanza rápidamente. Tiene preso a Thomas Lubanga quien encabezó un movimiento rebelde en el Congo. El crimen: reclutamiento de niños para la guerra. En turno estarán Cano y Jojoy, verdaderos campeones de esta infamia. A Lubanga lo acompañan Germain Katanga, alias Simba, Matthew Ngudjolo y el dirigente político Jean-Pierre Bemba.

También la CPI procesa a Joseph Kony del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) de Uganda. Un fanático que mutila campesinos, enlista niños y viola mujeres en nombre de la biblia y de los “diez mandamientos”. Su forma de operar es similar a la empleada por Mancuso, Jorge 40, Don Berna y sus socios, que hoy mantienen las FARC y los nuevos brazos armados del narcotráfico.

Y, recientemente, la Corte expidió una orden de captura contra el presidente de Sudán, Omar Al – Bashir por estar implicado en genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra en Darfur.

Antes que ser un golpe a la Política de Seguridad Democrática, la intervención de la CPI la complementa y fortalece, en la medida que concreta y globaliza una posición de firmeza contra el crimen, además de ser una debacle para quienes defienden el delito político y hacen apología de la violencia.

Su intervención puede ser decisiva para romper la diplomacia fariana. Moreno Ocampo señaló que esta chequeando “si hay grupos que están trabajando en proyectos delictivos de las FARC en otros países y si hay investigaciones nacionales sobre eso". Dice que la CPI tiene "denuncias de existencia de redes de apoyo internacional a grupos armados responsables de cometer en Colombia crímenes que pueden ser de la competencia de la Corte". A Hugo Chávez le debe pasar un escalofrío, así no lo admita, por su comprobado apoyo político, militar y económico a las FARC.

Ante crímenes de conocimiento de la jurisdicción penal internacional no cabe la apelación a “acuerdos de paz” basados en la impunidad. Que Colombia ocupe un lugar preponderante en su agenda significa que se acabó el eufemismo de la “salida negociada” o de “la solución política al conflicto social y armado”, como decía, “alma bendita”, Raúl Reyes. Ese discurso parte de una premisa inaceptable: la impunidad absoluta para los cabecillas guerrilleros y los farcpolíticos. Se quedaran ensayados aquellos que soñaban con ver un gobierno compartido con esos forajidos. ¡Eso ya no es posible!

Las FARC y el ELN deben comprender que el tiempo se les acabó y que cada día que pasa enfrentan un ambiente más hostil. Su proyecto político y militar esta derrotado, la “comprensión” en el exterior sobre su existencia desaparece y las afrentas contra la humanidad no quedaran sin castigo. La cúpula y sus militantes camuflados en la legalidad no tienen otro destino que terminar como Simón Trinidad, Ríos o Reyes. O, como lo escribimos en esta columna el año pasado, negociar su sometimiento a la justicia, así se disfrace de un proceso político.

Por lo pronto, Uribe debería tomar algunas decisiones: llevar a cabo su propuesta de hace varios meses de levantar la reserva que excluye hasta 2009 la competencia de la Corte Penal Internacional respecto a crímenes de guerra. Debería buscar que a los paramilitares extraditados a Estados Unidos se les aplique la jurisdicción ordinaria excluyéndolos de la ley de justicia y paz. Y condicionar la realización de nuevas extradiciones a que los paramilitares enviados ante las Cortes norteamericanas, una vez cumplan allí la pena impuesta, retornen a Colombia a pagar las condenas por crímenes de lesa humanidad.

¡Bienvenida la CPI!

http://www.rafaelguarin.blogspot.com/

lunes, agosto 25, 2008

"LA ESTRATEGIA INTERNACIONAL DE LAS FARC"


Publicado el sábado 23 de agosto del 2008

EL NUEVO HERALD - Miami

RAFAEL GUARIN

Reyes fue un mago para tejer redes de apoyo, penetrar gobiernos y desarrollar campañas de propaganda. Por eso estaba a cargo de la Comisión Internacional de las FARC, movía los hilos del secretariado y determinaba las acciones tácticas de la organización. La revelación de sus correos electrónicos respecto a los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Brasil y Francia corroboran el parcial éxito de sus planes.

Rotos los ''diálogos de paz'' (2002) la guerrilla comprendió que debía resistir la ofensiva militar y trabajar en la construcción de otro escenario de ''negociación política''. Esto es factible si demostraban que Uribe no las derrotó, se sacudían del señalamiento de terroristas y recuperaban el carácter político que les otorgaron durante años. Para eso, careciendo de legitimidad interna, deciden volcar sus esfuerzos al exterior.

En ese contexto, Chávez y Lula se convirtieron en piezas clave. El secretariado sabía que la interlocución con ambos gobiernos constituía el pasaporte a los restantes, un avance al estatus de beligerancia y al inicio de ''relaciones diplomáticas'' con la instalación de ''oficinas'' de las FARC en varios países. Al fin y al cabo, siguen diciendo, son un Estado en ``formación''.

La mediación por razones humanitarias era la coartada ideal y la mejor consigna movilizadora. Finalmente, los gobiernos que sostenían una relación clandestina con las FARC no estaban frente a extraños, sino profundizando vínculos con quienes tienen afinidad ideológica, consideran hermanos de una larga lucha o aliados en la expansión de la revolución bolivariana.

La situación llegó al absurdo. Hasta el delegado del gobierno suizo encargado de facilitar el acuerdo humanitario terminó de mandadero de los secuestradores. Mientras aparentaba servir a una misión humanitaria cumplía una delicadísima tarea: sensibilizar a Europa para presionar a Uribe y doblegarlo a las demandas terroristas. Como si fuera poco, el despistado Sarkozy reaccionó positivamente ante la solicitud de Chávez y Piedad Córdoba de excluir a las FARC de la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea. ¡Reyes debió llegar al paroxismo!
Chávez les abría puertas con sus aliados y ofrecía apoyo económico, militar y político. Ortega los alentaba, las administraciones de Lula y Correa le decían una cosa a Uribe y concertaban con ellas por debajo de la mesa. Los gobiernos de la región se negaron a calificarlas de terroristas y la mayoritaria elección de presidentes de izquierda les coronaba un ambiente favorable. Era cuestión de tiempo y de calcular hábilmente cada jugada. El gobierno Uribe no percibía la gravedad de los acontecimientos.

La apoteosis sobrevino con la facilitación de Chávez para la liberación de los secuestrados. Esa torpe decisión de Uribe puso en riesgo los éxitos de su política de seguridad y a las FARC al borde de un salto espectacular. Pero no duró. El punto de inflexión de la estratagema llegó con el fracaso de la ''Operación Emmanuel'' y de la misión internacional encabezada por Néstor Kirchner. Fue, nada más y nada menos, que el primer paso orientado a conformar el llamado ''Grupo Contadora'' que daría a las FARC el estatus de beligerancia. El gobierno colombiano estaba contra las cuerdas; si el niño Emmanuel no aparece las mentiras no habrían quedado expuestas.

Empero, la estantería se derrumbó. El mito de la ''resistencia'' comenzó a caerse a pedazos con el aumento de las deserciones, capturas y muerte de cabecillas. Y en el plano político, los ciudadanos se apropiaron de una posición de firmeza contra el terrorismo y sus cómplices foráneos se neutralizaron temporalmente. El simulado giro de Chávez refleja esa realidad.

Con el argumento de que se necesita ayuda de la comunidad internacional para un proceso de paz, las FARC intentaran recomponer las cosas y dar una excusa a los gobiernos amigos para una nueva injerencia en los asuntos colombianos. Mientras tanto, les queda refugiarse en la Coordinadora Continental Bolivariana, cabalgar sobre el lomo de su ''hermano'' Ortega y realizar actos terroristas, como la bomba que en Ituango asesinó a 7 personas e hirió a 52 más.

No hay que llamarse a engaños. Nunca se golpeó tan duro a las FARC pero tampoco nunca llegaron tan lejos. Las relaciones que consiguieron con esos gobiernos se afectaron, no se eliminaron. La guerra de guerrillas hace del tiempo y la paciencia su mejor arma. Para ellos la cuestión ha sido esperar. Su reloj se detendrá si Colombia continúa por el camino de la entereza, optimiza su diplomacia y se acaba la complicidad y la postura ''comprensiva'' de los vecinos frente al terrorismo. Así, las acciones de Reyes quedarán en puro ilusionismo.