General Sergio Mantilla. Foto: Ejército Nacional. |
El general Sergio Mantilla, comandante del Ejército Nacional, uno de los mejores oficiales con los que cuenta las Fuerzas Militares de Colombia por su formación y por tener fama de ser un gran tropero, reveló lo que ya se había anunciado en politicayseguridad: las FARC están empleando la declaración de "cese unilateral de hostilidades" para preparar una nueva ofensiva terrorista.
En efecto, el diario El Espectador (vea nota) recogió las declaraciones del oficial en RCN radio. Según Mantilla "las FARC están armando... están buscando y encaletando explosivos para atacar a la población" el próximo año. Agregó: "en el Cauca se le encontró (a los terroristas) en cuatro o cinco sitios explosivos listos para atacar a la población civil". Se trata de "carros-bomba y morteros hechizos, listos para dispararlos. Se les ve una actitud como para comenzar a atacar en enero de manera indiscriminada".
Estas declaraciones no gustarán en la Casa de Nariño, donde tales mensajes se perciben como pertubadores de la tarea en la que afanosamente está empeñado el Presidente Santos: convencer a los ciudadanos de que el grupo terrorista tiene voluntad de paz.
Más allá de eso, lo cierto es que Mantilla se atrevió a decir en voz alta lo que los organismos de inteligencia ya tienen plenamente detectado.
Las estructuras de las FARC en diferente regiones del país mantienen actividades de inteligencia a traves de las milicias, que el gobierno denomina redes de apoyo al terrorismo, sobre las unidades militares, con el fin de recolectar la mayor cantidad de información posible para planear y ejecutar nuevos ataques.
En los frentes del grupo además se han detectado actividades de reentrenamiento, reorganización en algunos casos, movimiento de estructuras, reclutamiento en otros y de aprovisionamiento, orientadas a que una vez finalice "el cese unilateral" puedan adelantar múltiples acciones que hagan entender a los colombianos que la culpa de las bombas y de los muertos es del gobierno y de quienes no le permiten a éste aceptar que se detengan las operaciones y operativos de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional en su contra.
La cuestión es muy sencilla desde el ámbito de la narrativa terrorista: Las FARC dirán que tuvieron la "generosidad" de declarar un "cese unilateral de hostilidades", es decir, de atentados terroristas contra la infraestructura, la población civil y los miembros de la fuerza pública. Luego añadirán que el gobierno no correspondió a ese "cese", sino que mantuvo acciones en su contra y que, como consecuencia, es por culpa del gobierno y de los "enemigos de la paz" que se reinician las bombas y las masacres de la organización.
En la lógica del Secretariado es urgente mostrar fuerza en la mesa a partir de demostraciones de fuerza en el terreno. Pero no pueden ser las acciones corrientes, se requiere, pensarán, que luego de un lapso en que buscan hacerse notar precisamente por el declive de sus acciones violentas, con el "cese unilateral", una nueva oleada, ojalá superior a cualquiera de las desarrolladas en 2012, lleve a los ciudadanos a movilizarse para presionar un cese bilateral, que es el objetivo político que inicialmente se han propuesto.
Lo peor de todo es que no se trata de un pulso para fortalecerse en la mesa de la Habana con el fin de mejorar su posición para negociar y llegar a la desmovilización. !No! Según Mantilla, "por el momento... los hechos no indican que la organización FARC esté cambiando... y esté dispuesta a dar ese paso a la confrontación política sin las armas".
Este es el principal obstáculo para que el proceso de paz pueda avanzar y conseguir el desarme y la desmovilización total del grupo.
Las FARC no han decidido abandonar las armas ni renunciar a su plan estratégico, lo que significa que se mantienen en el propósito de la toma del poder, combinando la acción política y violenta. Mientras no haya un cambio, como dice el general Mantilla, que se debe concretar en la decisión de abandonar la violencia y optar por la política, la guerrilla de Tirofijo sigue en lo mismo, esto es, en este capítulo, emplear el diálogo como un elemento táctico dentro de su estrategia de guerra.
!Ojalá el Presidente escuche al general Mantilla! No se puede creer en la voluntad y transparencia de un grupo que durante el mes que lleva su publicitado "cese unilateral de hostilidades" ha asesinado un suboficial y un soldado, más 22 heridos, de acuerdo a las cifras públicas dadas a conocer por el comandante del Ejército.
En todo caso, como se trata de un grupo que ejerce la violencia en sincronizada coordinación con maniobras políticas, nada de raro tiene que en enero pudieran "sorprender" con una prórroga del "cese unilateral". En ese evento, habrán dado prioridad a lo político sobre lo militar, pero exclusivamente en el marco de continuar el terrorismo contra Colombia, no de su voluntad de abandonar las armas. Tratarán de aumentar su legitimidad nacional e internacional, al igual que la presión sobre el gobierno y un establecimiento dividido. En eso no hay que equivocarse. !No todo es como parece!
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muy bien que alguien tenga el valor y diga las cosas como son y no como lo dice la prensa comprada por el govierno y las organizaciones marxistas de todos los pelamb res. recuerden que la mayoria del pueblo colombiano que no tiene acceso a los medios y que solo se puede expresar en las elecciones y en los referendos, abomina tanto a las farc como al marxismo internacional
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