domingo, septiembre 30, 2012

ÁLVARO URIBE: ¿CAMBIADOS BUENOS ALIADOS POR TERRORISTAS FARC?


Felipe Calderón y Álvaro Uribe

ÁLVARO URIBE

Las palabras transmitidas por el Gobierno, de traer a Farc como aliado para combatir narco terrorismo, dan la idea de equiparar al grupo criminal con la coalición de países comprometidos en la lucha contra el flagelo, y además, promocionan un partido político con toda clase de delincuentes y la temible sigla FARC.

México, Perú y España han sido buenos aliados en la lucha contra el narcoterrorismo, y ahora, aunque no lo expresen, deben estar desorientados sobre la nueva actitud del Gobierno de Colombia.


El orgullo nacional de México aceptó tomar de Colombia ejemplos para luchar contra el narcoterrorismo. En efecto, se copió nuestra ley de extinción de dominio, y en una primera etapa, nuestra policia instruyó once mil agentes de la mexicana. Alcaldes, gobernadores, legisladores, el Gobierno Central y la ciudadanía mexicana, expresaban palabras de admiración por los avances de Colombia.

El valiente Presidente Calderón ha sido un aliado sin dobleces en la lucha. El Presidente electo, Peña Nieto, en la anterior condición de Gobernador de su Estado, nos visitó varias veces para conocer y aplicar las bases de la Política de Seguridad Democrática. No obstante su afiliación partidista, diferente del gobierno saliente, el Presidente Peña Nieto ha reiterado toda su voluntad de derrotar el narcoterrorismo.

¿Cómo se le explica al gran pueblo mexicano que la terrorista Farc, productora y distribuidora de la mayor cantidad mundial de coca, que genera asesinatos aquí y allá, ahora es invitada por el Gobierno Santos como socia para combatir el narcotráfico?

El Gobierno Toledo del Perú nos ayudó a desarticular el narco frente amazónico de Farc y a devolver posibilidades de turismo ecológico a Leticia. El Presidente Alán García mantuvo toda la firmeza. El actual Presidente, Ollanta Humala, de pocas palabras, ha sido categórico en el combate y en su negativa a negociar con el terrorismo, a tiempo que ha respetado un fenómeno social legítimo que son las protestas sociales de comunidades mineras.

¿Cómo se explica a los hermanos peruanos que para lograr la paz, en nombre de la gran astucia, a la sociedad entre los dos países quede sumado Timochenko de Farc, con el peligro de la violencia que de nuevo emerge cuando el terrorismo se siente triunfante?

El Gobierno de Aznar en España fue fundamental para que la Unión Europea y los Estados Unidos declararan terrorista a Farc. Al Presidente Rodríguez Zapatero no se le ocurrió atenuar el calificativo. El Gobernante actual, Mariano Rajoy, sin afanes de carisma y sin rodeos idiomáticos, ha repetido, con la firmeza que da certeza en el camino, que España no negociará con la terrorista ETA.

¿Cómo explicar que mientras España resuelve sus problemas de autonomías sin negociar con el terrorismo, aquí, la agenda nacional, como es el caso del desarrollo rural, se pretende negociar con FARC, grupo declarado terrorista por solicitud de Colombia y ayuda de Aznar?

Mientras los terroristas españoles, desde la cárcel, anuncian cese de actividades criminales, los cabecillas de Farc, desde Cuba, reasumen su protagonismo mediático y en Tibú asesinan a nuestros soldados y policías. Mientras Rajoy condena de nuevo al terrorismo al rememorar el secuestro y asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco, el Gobierno de Colombia anticipa que la sigla terrorista Farc será el nombre de un movimiento político, lo que nunca se habrían atrevido a decir para los paramilitares.

Cuánto mejor la ayuda de México, España y Perú en el combate al terrorismo que haber caído en el engaño de Chávez, para que la careta de promotor de la paz, otorgada por el Gobierno de Colombia, le disimule su real condición de cómplice de terroristas, y todo en vísperas electorales!

Que sean elegibles los desmovilizados incursos en delitos políticos pero no los cabecillas del narcoterrorismo. Que haya beneficios judiciales para quienes entreguen rutas y cultivos, confiesen y reparen víctimas, pero nunca impunidad.

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