RAFAEL GUARÍN
Escribió en twitter anoche la
analista Sandra Borda al escuchar al presidente de Nicaragua anunciar que su
país ya está ejerciendo soberanía en el territorio afectado por el fallo de la
Corte Internacional de Justicia: “Que
tristeza.. cuando Daniel Ortega suena más presidencial que JM Santos es que la
cosa anda muy mal..”.
El desencanto no es la
excepción. Ocho días después de ser
pública la sentencia el gobierno Santos aún no asume una posición clara. Se
debate el presidente en medio de la confusión y la desorientación. No ha sido
capaz de enviar un mensaje contundente de nada a la comunidad internacional,
Nicaragua, ni a los ciudadanos. La ausencia de liderazgo en tema tan delicado
para la historia es enorme.
Mientras el Presidente Ortega
deja claro que va por lo que pretende suyo, para lo cual ordenó a sus fuerzas
armadas desplazarse al territorio concedido por la Corte, el presidente se
limita a nombrar una nueva comisión de juristas para ver qué decisión se toma. ¡No
han podido terminar de leer el fallo! Colombia no puede permitir que un decisión
injusta plagada de “omisiones, errores, excesos e inconsistencias”, como el
propio Santos lo dijo, se imponga sin resistencia alguna.
Es cierto que es una situación
muy compleja, también que lo más fácil es entregar los 100.000 km cuadrados que
se despojan a Colombia y salir a vanagloriarnos diciendo que honramos el
derecho internacional. También evitar la previsible crisis jurídica,
diplomática y militar. Pero cuando se está ante un fallo injusto que priva de
una extensión tan considerable de su territorio y de enormes riquezas
naturales, sin que exista recurso posible para evidenciar la irregularidad
del fallo, estamos ya no en el ámbito del derecho sino de la política
internacional. Y ésta, a su vez, se fundamenta en la potencia, en el poder
nacional, en la capacidad que tenga el país en materia de diplomacia y de
fuerza. Es ahí donde el país debe moverse.
La ambigüedad y confusión de
Santos es que no ha sido capaz de decir lo que desea: acatar el fallo, por lo
cual se ha dedicado a dar vueltas a un tema que no tiene grises: se acata o no
se acata.
En las relaciones internacionales
la ambigüedad se lee como debilidad. Ortega la leyó y ordenó movilizar sus
fuerzas militares a la zona, con el convencimiento de que Santos no tiene ni el
carácter ni la determinación para responder militarmente. Sabe el comandante presidente
nicaragüense que consumada la operación en la zona la soberanía es un hecho,
mientras Santos sigue titubeando.
Estamos en el momento más
crítico. Si el presidente colombiano permite que la armada y fuerza área
nicaragüense operen en ese territorio, no habrá nada que hacer. Más allá de la
escenografía que con ilustres abogados y ruedas de prensa monte el gobierno, lo
cierto es que el territorio se pierde definitivamente y de forma irreversible
si Santos deja que los nicaragüenses pasen el meridiano 82 al oriente.
El gobierno debe aclarar a los
colombianos si eso ya sucedió o si Ortega está mintiendo. En ese caso, tiene
que enviar inmediatamente un mensaje claro: no se permitirá ninguna incursión
en ese territorio. Si es de carácter militar debe ser respondida de la misma
forma, si son barcos civiles deben ser conducidos fuera de territorio
colombiano.
Lo que no puede hacer el
Presidente Santos es seguir simulando indignación nacional y disposición de
defender la integridad territorial de Colombia mientras no toma decisiones.
Esto sucede porque está más preocupado por los efectos que tiene esta crisis en
el proceso de paz con las FARC y en su propia reelección. ¡Presidente, primero
los intereses nacionales, luego sus ambiciones personales!
El respeto en la política
internacional es cierto que no sólo se basa en la fuerza, también en la
influencia, pero en el caso de Colombia hay que ser sinceros: ¿De qué respeto
hablamos? Nicaragua desconoció el tratado Esguerra – Bárcenas, se burló del
compromiso contraído con el país y que le concedió la costa de la Mosquitia,
salida al Atlántico y una porción de mar tal vez mayor a la que pretende
despojarnos hoy. El país ha perdido en algo más de un siglo cerca del 50% de su
territorio y el fallo abre la posibilidad para seguir despedazándolo. ¡No nos
engañemos! ¿Cuál respeto?
¡La debilidad en la defensa de la
integridad territorial se traduce en irrespeto en el mundo, la firmeza en su
defensa es lo que dará el verdadero respeto a Colombia!
Lo cierto es que la profesora
Sandra Borda tiene en esto razón: “Que tristeza.. cuando Daniel Ortega
suena más presidencial que JM Santos es que la cosa anda muy mal..”.
Lea EL NUEVO DIARIO de Nicaragua
27 de noviembre de 2012
Presidente Ortega revela que militares zarparon el domingo
Managua, Nicaragua | EFEEjército en nueva frontera
Afirma que están dando todos los pasos
necesarios para cumplir con la sentencia de la CIJ, incluyendo el
inicio de contactos con Colombia, mientras este país sigue analizando
las medidas que va a tomar
Miguel Carranza | Nacionales
Nicaragua ejerce desde el domingo la soberanía en la nueva frontera trazada por la Corte Internacional de Justicia, CIJ, en el Mar Caribe, tras el fallo inapelable que dictó la Corte Internacional de Justicia el 19 de noviembre, aseguró anoche el presidente Daniel Ortega.
“A la medianoche del domingo nuestras naves zarparon hacia la zona recuperada, y ya a esta hora (el Ejército de Nicaragua) ejerció soberanía en todo ese territorio, aérea y marítima”, afirmó Ortega en un mensaje a la nación transmitido en cadena de radio y de televisión.
Entre tanto, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, confirmó ayer que analiza la retirada de su país del Pacto de Bogotá, que reconoce la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia, CIJ, por su desacuerdo con el fallo en el litigio con Nicaragua.
El mandatario nicaragüense señaló que después de seis días de espera para que Colombia acate el fallo, reaccionó por obligación ética y moral, mandando a las tropas nicaragüenses a hacer presencia en la zona recuperada.
También aseguró que han iniciado contactos con autoridades del Gobierno de Colombia a fin de que ese país acate la sentencia de la CIJ.
El presidente nicaragüense afirmó que el pasado sábado hubo una reunión de alto nivel en el Gobierno, en la cual se decidió dar una serie de pasos, con el fin de que se le vaya dando cumplimiento, de parte de Nicaragua, a la sentencia de la CIJ, con el propósito de hacerla realidad, y uno de esos pasos es el ejercer soberanía en la zona.
Que se decida colombia
Ortega agregó que su gobierno ha reaccionado con mucha calma frente al mensaje del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien en los días siguientes al fallo endureció más su posición, cuando a sus palabras les agregó el mandato a la Fuerza Naval de la Armada de su país para que multiplicara sus actividades de vigilancia en los territorios que fueron asignados por la CIJ a Nicaragua.
“Hemos estado esperando, y esperamos que el gobierno de Colombia decida de una vez por todas acatar el fallo de la Corte. Hemos establecido también contacto con las autoridades de Colombia, con el fin de que esto ayude a que se pueda avanzar más rápidamente en el cumplimiento del mandato de la CIJ”, añadió.
Se trabaja en nuevo mapa
El presidente Ortega también afirmó que se está trabajando desde ya en formalizar el nuevo mapa de Nicaragua, incluyendo las zonas recuperadas y restituidas por la sentencia de la CIJ del 19 de noviembre.
Adelantó que este martes se llevará a cabo en Estados Unidos un encuentro relacionado con el combate al narcotráfico, en donde la delegación del Ejército de Nicaragua planteará modificar los acuerdos de vigilancia en la zona, para adaptarlos a la nueva realidad geográfica de la región.
Asimismo, Nicaragua también espera llegar a un entendimiento con Colombia en el tema de vigilancia en el Caribe.
Nicaragua Permitirá pesca
Otra de las medidas adoptadas por el Gobierno de Nicaragua es que no impedirá la pesca de pueblos hermanos que han desarrollado sus labores de sobrevivencia en esa zona, de forma histórica, refiriéndose a los pescadores del archipiélago de San Andrés.
Pero las autoridades nicaragüenses están coordinando con naciones hermanas para que los permisos necesarios sean solicitados a nuestro país.
“Ahora la solicitud para ejercer la pesca, tanto artesanal o industrial en esa zona marítima, donde hasta antes del fallo de la Corte el permiso lo daba Colombia, ahora el permiso lo da Nicaragua”, dijo Ortega.
Colombia sigue analizando
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reiteró ayer siguen analizando las medidas a tomar tras el fallo de la CIJ.
“El nuevo grupo de abogados asociados está precisamente en eso, y muy pronto se tomará una decisión”, afirmó Santos.
La Cancillería colombiana señaló en un comunicado que los seis expertos en Derecho Internacional, apoyarán “el estudio de los cursos de acción jurídicos en relación con la situación derivada del fallo proferido el pasado 19 de noviembre de 2012” por la CIJ.
Manuel José Cepeda, Joaquín Polo Montalvo, Luis Ricardo Paredes, Carlos Gustavo Arrieta, Juan Daniel Jaramillo y Rafael Nieto Navia, “también analizarán los recursos que se interpondrán para rechazar las inconsistencias y vacíos jurídicos del fallo en mención”, agrega el documento.
Los anuncios no despejan las dudas sobre si el Gobierno colombiano acatará o no el fallo, adoptado por unanimidad por los 15 jueces del tribunal de La Haya el pasado 19 de noviembre, que redefine los límites marítimos colombo-nicaragüenses en el Caribe.
La CIJ determinó que siete cayos cercanos a las islas colombianas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina son también de Colombia, y otorgó a Nicaragua una amplia franja marina en esa zona que se calcula en más de 70,000 kilómetros cuadrados.
Se trata de un archipiélago recogido en la Reserva de la Biosfera de Seaflower, en el Caribe Occidental, que se encuentra a 190 kilómetros de las costas nicaragüenses y a 770 kilómetros de Colombia, un área que alberga gran riqueza natural entre pesca, especies y otros recursos naturales.
Colombia se replantea su acogimiento al Pacto de Bogotá por considerar que el fallo de la CIJ está plagado de “inconsistencias y de errores”, según el Gobierno.
El Pacto de Bogotá y el litigio con Nicaragua
Por el Pacto de Bogotá, firmado en 1948 precisamente en la capital colombiana y también conocido como Tratado Americano de Soluciones Pacíficas, los países del continente asumieron el respeto a las decisiones de la CIJ, así como su jurisdicción, como forma para resolver por la vía pacífica los litigios regionales.
El litigio comenzó en la CIJ en 2001, cuando Nicaragua demandó a Colombia. En una primera decisión, adoptada en 2007, el tribunal otorgó al país suramericano las islas mayores, pero no se resolvió la soberanía sobre los cayos y las aguas.
Una veintena de años antes de la demanda en La Haya, las autoridades nicaragüenses declararon nulo e inválido un tratado bilateral suscrito en 1928 sobre el contencioso, con el argumento de que cuando se firmó, el país centroamericano estaba ocupado por tropas estadounidenses.
Según la demanda de Nicaragua, el tratado Bárcenas-Esguerra, además, no fija los límites en el Caribe.
La cancillera colombiana, María Ángela Holguín, ya había anunciado, justo después de conocerse el fallo hace ahora una semana, que el Gobierno de su país iba a estudiar si se retiraba del Pacto de su país, un adelanto a los planes que hoy confirmó el presidente Santos.
Para eso, el Gobierno de Colombia ha contratado a un nuevo equipo de abogados especialistas en Derecho Internacional, que buscan determinar qué pasos seguirán tras este fallo inapelable.
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