Publicado el 19 de diciembre en www.kienyke.com
RAFAEL GUARÍN
RAFAEL GUARÍN
Respetado Señor Alcalde:
El desastre de las basuras en Bogotá no tiene antecedente.
La confrontación permanente, las decisiones equivocadas y la improvisación han
caracterizado su administración. Durante los 24 años que lleva la elección
popular de alcaldes nunca se había presentado una crisis similar, a pesar de
pésimos mandatarios como Samuel Moreno, elegido por el que era su partido en
2001, el Polo Democrático.
Bogotá es una metrópoli en la que viven más de 7 millones de
personas y el más importante centro económico del país. Es una responsabilidad enorme
su conducción. Eso me motivo a escribirle y a preguntarme sobre cómo es posible que el garante del bienestar
de los bogotanos adopte decisiones que
terminan perjudicando gravemente a todos.
Coincido con usted que es necesario reducir las tarifas de
aseo. !No hay duda! También en que no es satisfactorio el modelo de
recolección. !Es ineficiente! La ciudad no se mantiene en óptimas condiciones
de limpieza. !Eso lo compartimos! No pueden existir en la práctica cuasi
monopolios que presten mal servicio, mientras se enriquecen a costa de los ciudadanos
y hacen negocios con políticos corruptos. ¡Hay que meterle la mano al tema!
De igual modo, creo que el Estado no está necesariamente
condenado a ser incapaz de prestar ese servicio. Pienso que el problema no es
sector privado vs sector público. Como dijo Deng Xiao Ping: ¿Qué importa que el
gato sea blanco o negro con tal de que cace ratones? Los dogmas antimercado o
antiestado no están en mi diccionario.
Pero, una cosa es esa y otra lo que está ocurriendo, Alcalde.
Muchos ciudadanos que nos expresamos en las redes sociales tenemos la impresión
de que movido más por la pasión que por la prudencia, que debe tener un buen
gobernante para asegurar que sus decisiones consulten el bien común, ha metido
a la ciudad en una crisis absurda. Antes de la genialidad de adornar con basuras
los andenes y calles de Bogotá usted tenía solo el 31% de opinión favorable y el
58% desfavorable. Mantiene una base dura y una sofisticada red clientelista
construida durante 9 años de gobiernos de izquierda, pero... ¿aguantará en medio del caos? ¿Tendrá
el tiempo suficiente para que las medidas que considera le reportaran apoyo
popular puedan mostrar resultados, en el hipotético caso que salgan bien?
El error, Alcalde, es creer que con su discurso de lucha de
clases, que pretende enfrentar a ricos y pobres, es suficiente para que los
ciudadanos salgan a respaldar todas sus decisiones. !No! Con todo respeto, por
ahí no es la cosa! Mientras anuncia la política del amor, gobierna con lo que
parece más una política del resentimiento.
Si la administración distrital hubiera tomado el tiempo
necesario para planear y ejecutar una transición al nuevo modelo, independiente
de que se esté o no de acuerdo con el mismo, con seguridad no estaríamos
enfrentando esta macondiana situación. Además
de ver todo con un enfoque ideologizado, el problema central aquí es la
imprudencia del gobernante. No por desafiar a los que denomina mafias de la
basura, sino por no prever los problemas que se generarían y garantizar que no
ocurrieran.
¡No es una conspiración, alcalde! No es que los medios de
comunicación, quienes sacan las basuras y los que se enriquecen con el negocio
estén confabulados para desatar esta crisis. Es la realidad. Las basuras están
en las calles por una decisión y proceso equivocado de su parte. ¡Si alguien
conspira contra usted, es usted mismo!
Esto dejó de ser un tema de confrontación política para
convertirse en una urgencia nacional. De seguir así la ciudad enfrentará una
crisis sanitaria cuya dimensión con certeza superará la capacidad del sistema
de salud. ¿Por qué insistir en el camino de la confrontación y el desorden?
Tiene de su lado que a pesar de la difícil situación, el gobierno
nacional no reacciona. Da la impresión que los pactos políticos con usted, señor
alcalde, callan al Presidente y a los funcionarios del nivel nacional. Los
organismos de control tampoco actúan. Una situación tan grave merecía
pronunciamientos y medidas claras y concretas para superar la negligencia e
imprudencia de la administración distrital.
Los bogotanos estamos solos. La Constitución otorga a los
ciudadanos los instrumentos para enfrentar este tipo de escenarios. La
revocatoria del mandato es un derecho que tenemos. Hay quienes no la comparten,
están también en su derecho. Lo que no puede ser es que llevemos un año
cabalgando en medio de la improvisación y el desatino en materia de movilidad,
infraestructura, basuras y desarrollo de la ciudad y nos quedemos con los
brazos cruzados.
Alcalde, por favor, le suplico tome inmediatamente, con la
mayor seriedad, las decisiones que se requieran para superar esta crisis. No es
escondiendo la cabeza como las avestruces que las basuras van a desaparecer de
andenes, calles y parques, ni publicando fotos de excepcionales andenes limpios.
Recuerde, doctor Petro, que los gobernantes deben antes de cualquier cosa
cumplir la ley y garantizar las mejores condiciones de vida de los gobernados.
¡Para eso lo eligieron!
Atentamente,
Vaya a pedirle cartas a su madre marihuanero esto es un blog serio siga soÑando estupido.
ResponderBorrarEl marihuanero y estúpido como que es otro. sin educación ni vergüenza. construya, edifique, no pierda el tiempo dejando estos comentarios idiotas.
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