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María Catalina Monroy Hernández *
Especial para EL NUEVO SIGLO
La imagen favorable del Presidente cayó, en tan solo dos meses, de
53 a 44 por ciento.
Pese a los ítems de las preguntas de la encuesta,
que varían entre relaciones internacionales, vivienda, educación,
asistencia a la niñez, transporte, servicios públicos, economía y lucha
contra la pobreza, entre otros, el resultado (del sondeo publicado el 25
de febrero) refleja la percepción de inseguridad de los colombianos,
cuya principal causa se le atribuye al erróneamente denominado “problema
guerrillero”. En la realidad el verdadero problema está representado en
la negligencia de quienes decidieron sentarse a negociar en medio de la
guerra y que hoy sufren del desprestigio e ilegitimidad por parte de
una población desconsolada y enfurecida.
Las encuestas exteriorizan la percepción de los ciudadanos. Esta se
origina del proceso cognoscitivo y sensorial derivado de un estímulo del
cerebro que permite a los seres humanos reconocer y comprender su
entorno con base en unas sensaciones de afecto o rechazo. De esta forma,
el enfoque constructivista de los estudios de seguridad explica cómo la
unión de las percepciones de los ciudadanos constituye una identidad
construida socialmente, mediante la cual es posible explicar cómo
problemáticas de seguridad se catalogan como amenazas a la supervivencia
de un Estado.
Acerca de los estudios contemporáneos de seguridad es relevante
mencionar que finalizada la Guerra Fría el concepto de seguridad se
amplió desde la noción tradicional (militar) a los cinco sectores que
los autores pertenecientes a la Escuela de Copenhague definieron:
militar, político, económico, social, medioambiental.
En síntesis, la seguridad lo es todo, como destacan las encuestas:
inseguridad ciudadana, violencia, delincuencia juvenil, guerrilla,
drogadicción, narcotráfico, desplazamiento, Bacrim, paramilitarismo,
secuestros, desempleo, costo de vida, pobreza, educación, salud,
servicios públicos, vivienda, corrupción y problemas ambientales.
La esencia está en comprender cómo los ciudadanos construyen la
noción de seguridad dependiendo de la percepción que tienen de las
amenazas y del ente encargado de enfrentarlas y garantizar el bienestar
de la población: el Estado. Acá es donde entran a jugar las encuestas
cuya intención es medir la percepción de los ciudadanos frente al actual
Gobierno.
Interrogantes
Pero ¿De dónde proviene tan pesimista percepción de inseguridad en
Colombia? ¿Será porque sigue teniendo una tasa de homicidio media alta?
(Informe de Seguridad y Democracia, 2012) o ¿Será porque el secuestro,
sabotaje contra la infraestructura económica y retenes ilegales siguen
siendo una constante? o ¿Será porque al tiempo que escribía esta
reflexión leía en internet que fueron atacados con explosivos tres
camiones en El Cerrejón; que la población de Buenaventura intenta
sobrevivir a la violencia narcoterrorista; que agredieron sexualmente a
una mujer; el relato de los dos niños torturados y asesinados en la
Comuna 13 de Medellín (e incluso que un asteroide rozó la tierra)?
Pese a lo anterior, no hay que desconocer las buenas noticias
económicas del Gobierno; las locomotoras van por buen camino, 30 países
no le exigen visa a los colombianos, el emir de Qatar visitó Bogotá (…) y
sin embargo, los resultados de la última encuesta demuestran que la
mayor preocupación de la ciudadanía es la seguridad, y que en ausencia
de esta, la favorabilidad del gobierno del presidente Santos tenderá a
la baja.
De otro lado, según reciente encuesta, a los colombianos no les
incomoda en absoluto la hipotética propuesta de considerar al general
(r) Oscar Naranjo como candidato a la Presidencia. El 69% de los
consultados tiene una imagen favorable de la Policía Nacional y un 80%
imagen favorable de las Fuerzas Militares. No es viable que Naranjo con
sus compromisos en México y en las mesas de diálogo aceptara ser
candidato a la Presidencia, pero no deja de ser otra demostración más de
la demanda que tienen los colombianos de seguridad.
En vísperas del año electoral, las encuestas que miden y difunden la
percepción de los ciudadanos se encuentran desde hoy dispuestas para
impactar a la opinión pública. Por el momento algunos interrogantes para
el lector: ¿Qué tan seguro se siente usted en Colombia? ¿Cuáles son las
principales amenazas a la seguridad del país? ¿A su seguridad
individual? ¿Cree usted que las cosas van por buen camino o mal camino?
¿Qué entiende usted por “problema guerrillero”?
Un pretexto
Hay que reafirmar que no existe como tal un “problema guerrillero”,
no es más que un pretexto. Si existiera la connotación del concepto, es
responsable advertir que la Política de Seguridad Democrática ya había
dado por terminado el asunto de la violencia guerrillera y paramilitar
como “problema” pero el afán de un protagonismo y un reconocimiento
internacional del actual Gobierno provocó traer de entre los muertos al
“problema” y sentarlo en una mesa a dialogar.
Hoy, el problema no se ha resuelto sino que habla, piensa, propone y
presiona a su antojo un diálogo que debilita las esperanzas de los
colombianos. Y no es una opinión, lo dicen las encuestas que transcriben
en puño y letra la percepción de los colombianos.
Es claro que la percepción de inseguridad en el país genera un
pesimismo latente entre los colombianos que buscamos vivir en un país
seguro. Por el momento, la única encuesta de la que aún sigue haciendo
referencia el Presidente por estrategia en política exterior es la que
catalogó a Colombia como el país más feliz del mundo. Desconozco la
ficha técnica de esta encuesta, pero seguramente dentro de los
interrogantes no se preguntó a los colombianos su percepción y
expectativas frente a los diálogos de paz y frente a la negligencia del
Gobierno en atacar el verdadero problema: un fallido intento de diálogo
que ha ocasionado un repliegue de la violencia, un reordenamiento de las
guerrillas y un desconcierto entre militares y policías, héroes de la
patria. Pese a lo anterior, lo hecho, hecho está. El “problema” se dará
por terminado el próximo año en las urnas.
* Internacionalista. Coordinadora Área de Relaciones
Internacionales. Escuela de Política y Relaciones Internacionales -
Universidad Sergio Arboleda.
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