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| Algunos de los impulsores de la histórica Marcha del 4 de febrero: Maritza, Maria de León, Edwin Uribe y Miguel Fierro |
Según Fierro, a pesar que no se ha vuelto a repetir una movilización de las dimensiones de la del 4F, los colombianos siguen repudiando a las FARC y a sus practicas terroristas. Pero advierte que a pesar que los ciudadanos quieren la paz, rechazan elegibilidad e impunidad para los autores de crímenes atroces.
Esta es la entrevista:
¿Luego de 5 años de haber conseguido sacar a más de 10 millones de colombianos a la marcha contra las FARC del 4 de febrero de 2008, ¿cómo aprecia usted la actitud de los colombianos frente a esa organización?
El rechazo se mantiene. El pueblo de Colombia desde hace cinco años notificó a las FARC que no son el ejército del pueblo. El pueblo de Colombia naturalmente quiere la paz. Sin embargo, no quiere una paz a toda costa. Quiere una paz donde se respeten las víctimas y donde los guerrilleros que tengan responsabilidad en delitos de lesa humanidad, no puedan ejercer la función pública ni ser electos popularmente.
Además, dado que las FARC siempre se han burlado del gobierno de turno que generosamente los ha sentado a la mesa para dialogar, también se han burlado de las esperanzas del pueblo de Colombia que quiere vivir en paz. En consecuencia, hay un total escepticismo acerca de la verdadera voluntad de paz de las FARC.
Pero la marcha convocada para el 15 de febrero tuvo escasísima participación. Casi inexistente. ¿Cómo explica eso?
Tristemente esa marcha careció de un gran apoyo de medios de comunicación como las movilizaciones del 2008.
En aquella ocasión los medios de comunicación asumían como propia la movilización y la difusión era apoteósica, por tanto, el efecto natural fue exitoso. Ahora fue una marcha bastante silenciada, sin el mismo entusiasmo, seguramente el gobierno marcó una diferencia en no difundir este mensaje.
En el 2008 el apoyo del gobierno fue institucionalmente aceptado para que la ciudadanía si viniera a esta gran protesta. Las realidades han cambiado desde el punto de vista de apoyo de medios de comunicación.
La escasísima participación de la marcha el 15 de febrero de 2013, no quiere decir que el país hoy día tenga otra idea otra concepción acerca del rechazo o no a las FARC. Lo que verdaderamente ocurre es la falta de información frente a ello. Pero basta con viajar al interior del país y canalizar las inquietudes y las preocupaciones que tienen los colombianos frente al deterioro de la seguridad en Colombia y el advenimiento político que ha tenido la guerrilla, gracias a la interlocución y a los canales que el gobierno le ha abierto en un proceso de paz donde éstas no han manifestado, ni demostrado una verdadera voluntad de paz. Por el contrario, el terrorismo se siente como hace 11 años.
¿No será, más bien, que los colombianos le quieren dar una oportunidad a la paz, como dicen defensores del proceso del gobierno Santos con las FARC?
Los colombianos no recibieron con rechazo el proceso de paz que inició el gobierno Santos, por la sencilla razón de que no se iba a desmilitarizar territorio para vivir una experiencia tan nefasta como la del Caguán. Pero a los colombianos les preocupa mucho que a las FARC les vayan a dar impunidad, más cuando hay responsabilidades en delitos de lesa humanidad. También rechazan que tengan la posibilidad de ser elegibles. Además, los mismos actos terroristas en la actualidad por parte de las FARC, hacen desconfiar profundamente de su voluntad de paz.
¿Cómo así que el terrorismo se siente como hace 11 años?
Los lunares que sufrió la política de seguridad democrática, hacen pensar que esta política sin duda alguna pasó a mejor vida y descansó en la paz del señor. Los efectos recaen en la población en las regiones en las cuales las FARC han vuelto a reasentarse en su accionar terrorista.
Algunos de manera tímida, pero valiente, manifiestan que volvimos a la época del gobierno de Andrés Pastrana. ¡Asemejan el gobierno Santos con el gobierno Pastrana! Sin duda, las FARC han tomado un oxígeno muy importante en el gobierno actual en cuanto a su capacidad criminal.
¿Qué está haciendo ahora la Fundación Un Millón de Voces?
Hemos tenido la oportunidad de llevar a cabo procesos de implementación de políticas de Estado en prevención del reclutamiento forzado en menores de edad por parte de los grupos armados al margen de la ley.
También apoyamos y representamos en procesos judiciales a víctimas de las FARC, que no tienen la misma posibilidad de otras víctimas de otros grupos armados, para hacer efectivos sus derechos.
Las denuncias internacionales siguen siendo nuestra pretensión para sensibilizar al mundo acerca de la capacidad peligrosa y criminales que ostentan las FARC.
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