domingo, febrero 17, 2013

Esta revolución no la para nadie, compañeros.

Celebración de Rafael Correa. 13 de febrero de 2013. Foto: Presidencia de la República de Ecuador. http://www.presidencia.gob.ec/

El 2 de mayo se inicia un nuevo periodo presidencial de Rafael Correa. El presidente logró reelegirse con amplia distancia respecto a sus competidores, sin necesidad de ir a una segunda vuelta. Es sin duda una ratificación de las mayorías conformadas luego de una convulsionada década de inestabilidad institucional y de la desaparición de antiguos los partidos políticos en Ecuador.


Correa, un izquierdista y populista, típico outsider, alineado con la revolución bolivariana de Hugo Chávez, ha conseguido resultados gubernamentales importantes, al tiempo que hostiga la libertad de prensa y a la oposición.

Los resultados demuestran que su proyecto político se consolida en el país y que cuenta con bases sociales fuertes. A propósito de eso  afirmó: “Esta revolución no la para nada ni nadie”.

Ensuciado por el ingreso de dineros a su anterior campaña presidencial, provenientes de las FARC, derivados del narcotráfico y de otros crímenes perpetrados por esa organización, Correa sostuvo un fuerte enfrentamiento ante la denuncia que de ese hecho hizo Álvaro Uribe. Posteriormente, fue el propio Jorge Briceño, alias el Mono Jojoy, jefe militar del grupo terrorista, quien en un video reconoció los aportes a la campaña del presidente ecuatoriano.

Las relaciones con Colombia se recompusieron con el ascenso de Juan Manuel Santos y la entrega, el día de su posesión, de una copia de los archivos que contenían los dispositivos incautados en el campamento de Raúl Reyes, en el marco de la Operación Fenix.

Seguramente, para esta elección, Correa entendió la gravedad del apoyo de las FARC, de las cuales llegó a decir que eran la fuerza con la que limitaba por el norte Ecuador.

En todo caso, Correa tiene que mostrar. El periódico El País de España registra que se ha experimentado una reducción del 27% de la pobreza en los últimos 7 años, una cifra muy importante en una región del mundo azotada por la desigualdad y el marginamiento.

Pero la inseguridad es una de las preocupaciones mayores para los ecuatorianos. La efectividad de Colombia en la interdicción aérea y marítima, al igual que una extensa y porosa frontera han llevado a los narcotraficantes a transportar a territorio ecuatoriano cargamentos de droga, para sacarlos de ahí a Centroamérica, México y Estados Unidos. Este es uno de los desafíos de mayor importancia para nuevo periodo de gobierno de Correa.

La lucha contra la corrupción es también una asignatura pendiente. Su gobierno ha sido manchado por varios escándalos y su propio hermano acusó al presidente reelecto de corrupto.

Lo más grave es el permanente ataque a las garantías democráticas. Un gobernante que se prolonga en el poder y persigue el derecho a informar, ataca la libertad de expresión y el ejercicio de la oposición, está a un paso del autoritarismo, así sea a través de las urnas. Es la misma ruta por la que Chávez llevó a Venezuela.

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