jueves, noviembre 15, 2012

FARC PIDE OFICINA EN BOGOTÁ


 El Espectador informa que las dificultades relacionadas con la participación ciudadana en el proceso de paz tienen que ver con la pretensión de las FARC de abrir una oficina en Bogotá. Es un modelo similar al de los años 80, que Iván Márquez conoce muy bien.

 

Pretenden adelantar los diálogos en Cuba, continuar con atentados como los de las últimas semanas, al tiempo que enviar guerrilleros a las ciudades para reclutar, organizar, agitar y movilizar ciudadanos, con el apoyo de organizaciones como Marcha Patriótica y el entramado de FARC que actúa en la legalidad 

 

Para ver sobre el alcance y objetivos que persigue la narcoguerrilla con dicha propuesta lo invito a leer:  El por qué de la participación ciudadana en el proceso de paz...

 

Paz |14 Nov 2012 - 10:59 pm

Gobierno y Farc buscan acordar protocolos de comunicaciones y participación ciudadana

Los detalles que todavía hacen falta para lograr la paz

 
Por: Gloria Castrillón / Enviada Especial a La Habana /

La intención de la guerrilla de abrir oficinas en Bogotá para recibir propuestas ciudadanas no fue aceptada por el Gobierno.



Este jueves en horas de la tarde, se dará inicio a una nueva ronda de discusiones entre los equipos técnicos de la mesa de diálogos del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Farc, con el fin de finiquitar detalles pendientes antes del arranque formal de los negociaciones de paz entre los delegados plenipotenciarios, el cual, como quedó convenido entre las partes, se dará a partir del próximo lunes 19 de noviembre.
 Se tiene previsto que estos encuentros se cumplan hasta el domingo en las casas protocolarias del
barrio El Laguito de La Habana. Por el gobierno participarán Jaime Avendaño y Alejandro Éder, quienes viajan este jueves en la mañana a Cuba, y por las Farc se tendrá la presencia de Marco León Calarcá, Andrés París y Rodrigo Granda.

Varios temas ocuparán a estos equipos técnicos. El primero tiene que ver con los mecanismos de participación ciudadana, es decir, los canales por los cuales llegarán a la mesa las propuestas que tengan organizaciones de la sociedad civil acerca de los temas de la agenda. Un asunto aparentemente de menor envergadura pero que ha cobrado trascendencia.

De hecho, en el comunicado conjunto expedido el martes pasado, en el que se dio a conocer el aplazamiento por cuatro días del comienzo de los diálogos —que estaba previsto para hoy—, las partes dan a conocer que la razón de esta decisión es “ultimar detalles de los mecanismos para la participación ciudadana”.

Este punto ha ocupado largas horas de discusión, ya que las Farc insisten en que se abran oficinas en Bogotá en las que se puedan recibir directamente las iniciativas ciudadanas. Pero el Gobierno ha cerrado esta posibilidad porque no considera necesario ni oportuno que el grupo guerrillero tenga una oficina en la capital del país. Además de existir un problema legal: el levantamiento de las órdenes de captura de los jefes subversivos sólo opera en Cuba, sede de los diálogos.

 Hasta el momento se han acordado dos mecanismos para la participación de la sociedad civil en las negociaciones de paz: Adpostal recibirá de manera gratuita las propuestas que los ciudadanos envíen a través de las alcaldías municipales de todo el país y la apertura de una página en internet que también sirva para la expresión ciudadana. Además, la mesa recibirá las iniciativas que el Congreso de la República recoja durante los foros que viene realizando en diferentes regiones del país.

De hecho, según las estadísticas que manejan las comisiones de paz del Legislativo, en las seis primeras mesas convocadas hasta el momento participaron más de 2.300 personas y se radicaron unas 800 propuestas, que aumentarán con los encuentros previstos el próximo fin de semana en Florencia (Caquetá), Popayán (Cauca) y Bogotá.

Lo cierto es que desde que el presidente Santos y las Farc anunciaron, a finales de agosto, su acuerdo para negociar la paz, distintas asociaciones de víctimas, de defensores de derechos humanos, de indígenas y partidos políticos han reclamado un lugar en la mesa de negociación. Sin embargo, el primer mandatario ha sido enfático en restringir la discusión a Gobierno y guerrilla, y ha dicho que la participación de la sociedad civil sólo se dará en la tercera fase del proceso, cuando está previsto que se implementen los acuerdos.

De otro lado, entre hoy y el domingo los equipos técnicos harán también la última revisión al reglamento y los protocolos sobre comunicaciones que ya se han acordado. En este aspecto ya está claro que solo habrá dos instrumentos: comunicados conjuntos que serán leídos en español por el delegado del gobierno cubano y en inglés por el noruego, y luego publicados en la página web de la mesa; y ruedas de prensa cuando los jefes negociadores consideren oportuno. Estas conferencias siempre se darán por separado.

Con la firma de estos protocolos se cerrará esta fase preliminar, que permitirá el inicio formal de la mesa con los negociadores plenipotenciarios el próximo lunes 19 en el Palacio de Convenciones del Hotel Palco de La Habana, donde ya funciona una oficina del Gobierno colombiano.
 
Es claro que ese día comenzará una nueva etapa entre las partes, que estará marcada por la necesidad de crear un clima de confianza en la mesa, teniendo en cuenta que ambos equipos negociadores arrancan con cabezas nuevas, Humberto de la Calle e Iván Márquez, quienes hasta ahora, aparte de la instalación formal del proceso en Oslo, han estado más a la sombra y en tareas de coordinación.

Y aunque fuentes oficiales insisten en que la llegada de Iván Márquez ha impuesto un estilo diferente a su equipo y que se ha convertido en un factor de división en las Farc, el jefe guerrillero negó, en una entrevista publicada en el semanario Voz, la existencia de tales fraccionamientos. Por el contrario, habló de un profundo optimismo frente al inicio de las conversaciones.

Lo que se prevé a partir del próximo lunes es un fuerte pulso entre las partes antes de entrar a discutir el primer punto de la agenda, desarrollo rural, porque las Farc insistirán en ampliar el sentido de la agenda firmada en la fase exploratoria y el Gobierno ha manifestado que mantendrá su posición de no abrir esa posibilidad. El temor es que se vuelva al mismo punto de hace más de una década, cuando se encontraron por última vez el Estado y las Farc en el Caguán y que se convirtió en la nuez del asunto: ¿qué es realmente lo negociable?

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