DIEGO TOBÓN ECHEVERRY.
Ex Embajador en Rusia.
Atendiendo sus instrucciones y la
solicitud del Canciller Fernando Araújo, en mi condición de Embajador de Colombia
ante la Federación de Rusia, apoyamos la captura de Yair Gal Klein en el
aeropuerto de Domodedovo de Moscú, cuando estaba acompañado de un doble que
hacía doble fila para abandonar el territorio de la Federación de Rusia, el 27
de agosto del 2007.
Captura que se dió gracias a la
solicitud del gobierno colombiano a la Interpol, que produjo una circular roja,
con la identificación del condenado por los jueces penales colombianos. La
identificación se debió a que Klein es ' tungo " como consecuencia de una
lesión de karate en el pabellón de una de sus orejas y el doble no tenía esta
lesión. Klein estuvo detenido durante más de dos años y medio en una cárcel en
Moscú hasta que la Corte Europea de Derechos Humanos ordenó su libertad por
considerar que en Colombia podría correr peligro de que no se le garantizaran
sus derechos humanos olvidando los derechos de las víctimas y el derecho que en
todas las instancias le ha ofrecido la justicia penal colombiana. Derecho que
fue revisado por los Ministerios de Relaciones Exteriores y el Ministerio de
Justicia de la Federación de Rusia, avalado por la Procuraduría con funciones
de Fiscalía General de Rusia, y examinado por el Tribunal Superior de Moscú
mediante providencia que autorizó la extradición de Klein a Colombia, la cual
fue revisada por Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia de
Rusia que la encontró ajustada a derecho.
He leído el libro de la
periodista Olga Behar sobre Yair Klein y encuentro que se encuentra plagado de
inexactitudes, por decir lo menos.
Infiero que ahora se quiere
presentar a un delincuente colaborando con la justicia colombiana y cobrando a
Usted la detención que sufrió en Moscú y que suspendió la prescripción en su
contra. Al no haber sido extraditado de Rusia a Colombia, se dejó sin efecto el
compromiso de Colombia de no juzgar a Klein por delitos diferentes al que fue
juzgado y dio origen a una condena de 9.5 años confirmada por el Tribunal
Superior de Manizales. Ahora, la justicia nacional puede requerirlo para que
responda por delitos de lesa humanidad que no prescriben y son diferentes al
delito por el cual fue juzgado. Haría muy bien el estado de Israel en detenerlo
y extraditarlo a Colombia en gesto de cooperación internacional con la justicia
y en consonancia con la sanción administrativa que le impuso a Yair Klein por
prestar servicios en países extranjeros directamente y a través de empresas que
carecían de la licencia y aprobación del estado israelí.
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